Las fundas antiácaros: una opción segura y eficaz contra la alergia a los ácaros del polvo.
Como bien saben las personas que sufren este tipo de alergia, los ácaros son organismos microscópicos que suelen encontrarse muy especialmente en nuestras camas (colchones, almohadas, edredones, colchas, etc.).Alergia a los acaros del polvo Justo en la ropa del dormitorio es donde se hace imprescindible un método eficaz que minimice el contacto entre nosotros y las partículas que nos producen la alergia.
Hoy por hoy, las fundas antiácaros se han convertido en el método más utilizado y eficaz que podemos encontrar en el mercado. No obstante, ello no significa que todas las fundas que tenemos a nuestra disposición dispongan del mismo grado de eficacia. Tampoco todas tienen el mismo precio.
Los motivos del éxito actual de este sistema los podemos encontrar en dos aspectos fundamentales: el precio y la eficacia tecnológica.
A pesar de que podemos encontrar una amplia variación de precios en el mercado, las fundas antiácaros representan uno de los métodos más económicos. Su uso nos permite prolongar el tiempo de reemplazo de colchones, almohadas y otra ropa de cama que, en personas alérgicas, debe realizarse con más periodicidad de lo habitual. La simple colocación de fundas alarga la vida útil de artículos de dormitorio que suelen tener un coste muy elevado o, cuanto menos, un coste mucho más elevado que las propias fundas.
Por otra parte, la investigación y el desarrollo tecnológicos de las últimas décadas en el ámbito del textil han permitido convertir las fundas en elementos altamente eficaces para el control de los ácaros y sus alérgenos. Ello es debido a la invención de los llamados «tejidos sin tejer» “”o «telas no tejidas»“” y a su irrupción en el mercado a precios al alcance de los consumidores.
La técnica tradicional de tejido con telar está basada en el urdido o entrecruzado uniforme de fibras. Este sistema, que todavía hoy se sigue usando para la mayor parte de fabricación de telas, presenta un problema en relación con las fundas antiácaros: el entramado de fibras crea poros en toda su superficie que, por su tamaño, no consiguen frenar el paso de los ácaros hacia el exterior.
Los alérgenos de los ácaros son minúsculos y para que un tejido sea eficaz como barrera protectora, es necesario que sus poros sean prácticamente inexistentes. Los tejidos sin tejer son resultado de la fijación de fibras de manera aleatoria y en forma de capas a través de innovadores sistemas termo-mecánicos. De este modo, se consiguen telas duraderas, casi sin poros y difíciles de deformar con el uso habitual.
Por esta razón, todos aquellos métodos que aún sigan utilizando textiles tradicionales no nos serán en ningún caso eficaces. Así, por ejemplo, las conocidas fundas elásticas, debido a la elasticidad inherente de su tejido, permitirán fácilmente el paso de ácaros. Tampoco nos serán útiles los cubrecolchones, pues usan tejidos normales y además no cubren por completo toda la superficie del colchón, permitiendo la salida al exterior de los alérgenos.
Solo las fundas antiácaros fabricadas con telas sin tejer y que recubren la totalidad de la superficie son eficaces para evitar que los ácaros traspasen la ropa de cama y contacten con nuestro cuerpo.
Sin embargo, para adquirir una funda antiácaros con garantías de eficacia para nuestra alergia también debemos tener en cuenta otros factores como las certificaciones internacionales de aprobación, la comodidad de uso y la ausencia de agentes químicos.
Existen numerosas instituciones y organismos dedicados a la investigación de alergias que, además de ello, testean determinados productos destinados a la prevención y al control de dichas alergias. Se trata de instituciones independientes de los fabricantes que solamente emiten sus sellos o certificados de aprobación en el caso de que se cumplan los requisitos de eficacia. Una de las más prestigiosas instituciones es la ECARF, por lo que, las fundas que posean su Sello de Aprobación, solo por ello, ya suponen una garantía absoluta.
Si bien la eficacia antialérgica debe ser nuestra primera preocupación en el momento de elegir una funda, también lo es la comodidad de uso y lavado.
Debido que vamos a usar las fundas durante nuestro periodo de descanso, es vital que las fundas sean cómodas al uso, suaves y transpirables. Todo ello es posible con los nuevos tejidos a los que hemos hecho referencia anteriormente, pues las primeras fundas suplían la porosidad de los tejidos tradicionales mediante membranas plásticas que, si bien impedían el paso de los ácaros, resultaban molestas por su rugosidad y su falta de transpirabilidad.
También es importante que nos fijemos que las fundas se puedan lavar en casa y a temperaturas de 60⁰, pues solo así podremos acabar con los ácaros que haya en ellas.
Finalmente, un último consejo para que usted pueda elegir una buena funda antiácaros es evitar que esta contenga agentes químicos contra ácaros, hongos y/o bacterias. Debe saber no solo que estos tratamientos pierden eficacia con el tiempo, sino que además los métodos naturales y libres de químicos han demostrado mayor solvencia para controlar este tipo de alergias, por lo que es preferible su uso, pues ello contribuirá también a su bienestar y salud.

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Fuente: Comunicados de Prensa