Cuando por cualquier circunstancia tengas que acudir a abogados matrimonialistas en Madrid, lo más importante siempre será que encuentres uno de confianza, profesional, que pueda darte el mejor asesoramiento. Uno de los principales consejos que te darán estos expertos es que, si fuera posible, lo más adecuado será que un divorcio o separación se realice de mutuo acuerdo entre las partes.
No se trata únicamente que los honorarios de abogados en Madrid sean bastante más económicos con esta modalidad, sino que además será un procedimiento mucho más sencillo, más rápido y, aunque cueste creerlo, menos doloroso para las dos partes, sobre todo si se tiene algún hijo o hija.
Una de las ventajas fundamentales de acudir a abogados matrimonialistas en Madrid para un divorcio de mutuo acuerdo es que disfrutaremos de un proceso mucho más simple, ya que únicamente se tendrá que firmar un acuerdo regulador entre las partes y que sea ratificado en un Juzgado. Esto se contrapone a los procedimientos contenciosos, donde existirá una demanda previa a la celebración de un juicio.
Como se ha apuntado anteriormente, los honorarios de los abogados en Madrid serán muy diferentes en ambas causas. Un fin del matrimonio en el que haya acuerdo entre los cónyuges puede costar alrededor de 300 y 500 euros en total. Sin embargo, en uno de carácter contencioso se puede llegar hasta los 4.000 euros. Como comprobarás, la diferencia es más que notable.
Los abogados de divorcios en Madrid también podrán aconsejarte optar por un proceso de mutuo acuerdo por el simple hecho de que es mucho más rápido. La media de duración suele rondar los tres o cuatro meses. Mientras que uno de contencioso podrÃa llegar a dilatarse varios años, sobre todo si existiese un recurso a la primera sentencia.
Fuera de temas prácticos como la duración o los honorarios de los abogados en Madrid, existen otras ventajas que no son palpables, pero sà muy importantes. Por ejemplo, la futura relación entre los cónyuges. No podemos obviar que un divorcio de mutuo acuerdo evita tiranteces innecesarias durante un proceso doloroso. Se trata de una manera de poder mantener un contacto más fluido en el futuro.
¿Y qué decir de los hijos? Aunque se trata de mantenerlos al margen, lo cierto es que acabarán pasándolo mal. No en vano, sus padres se están separando. Además, en un divorcio contencioso es muy habitual que terminen siendo vÃctimas, debiendo hablar ante el juez o ante varios psicólogos.