En los últimos años, hemos podido comprobar que cada vez más madres y padres hablan sobre las muselinas de bebé. Se trata de una pieza de tela que se ha utilizado durante muchos años para el cuidado de los más pequeños en paÃses como Estados Unidos y Gran Bretaña y que, poco a poco, se están extendiendo por el nuestro, aunque todavÃa existe un cierto desconocimiento.
Las muselinas son básicamente unos cuadrados de tela hechos con hilo fino y suave de algodón. Se trata de un tejido altamente delicado, transparente y vaporoso. Su origen se remonta al antiguo Egipto, miles de años atrás. Quizá por este motivo se trata de una práctica muy utilizada en la zona de Asia central y Oriente Medio.
Aunque las muselinas para bebé pueden tener diferentes usos, lo cierto es que su objetivo principal será el de envolver a los más pequeños de una forma segura, seca y cómoda para él, proporcionándole un confort agradable mientras se encuentra en brazos de sus padres.
Durante los primeros meses de vida, nuestros pequeños y pequeñas son realmente frágiles. De hecho, en esta primera etapa, los bebés suelen echar de menos las sensaciones que disfrutaban en el vientre de la madre: protección y abrigo. Envolverlos en estas finas telas de una manera que se encuentren apretados pero de una forma delicada, hará que recuerden esa agradable sensación, proporcionándoles una calma total.
Además, también prevendrá que los bebés sufran el llamado “reflejo de Moro”, pudiendo perturbar la calidad de su sueño durante las noches. No hay que pasar por alto que las muselinas para pequeños y pequeñas ayudará también a regular su temperatura corporal, evitando que pudieran pasar frÃo. No en vano, en casi todos los hospitales se utilizan estas técnicas para que los niños y niñas puedan dormir a gusto.
Las muselinas, al ser tejidos muy finos y completamente transpirables, serán perfectas para envolver a nuestros pequeños y pequeñas. Pero también hay otros usos que podemos darle y que nos resultarán especialmente útiles.
Una de las utilizaciones más comunes (cuando no es para envolver a los pequeños) es colocarlas en los carritos para darle sombra a nuestro bebé, de manera que impidamos que el sol incida de lleno sobre él, pudiendo molestarle o despertarle si está durmiendo.
Por último, también podremos usarlas como manta, para proteger las sábanas de la cuna, como mantita para el suelo o para limpiar la piel de nuestro hijo o hija una vez que hayamos terminado con su baño.