La mejora de prestaciones crece de manera exponencial

Con los nuevos chips Indy 2000, las prestaciones de un lector RFID alcanzan cotas antes inimaginables y se obtienen prestaciones muy prácticas para el usuario final

Hace solamente 5-6 años un lector RFID era un conjunto enorme de electrónica que tenía como misión leer solamente algún chip RFID de la misma marca, y no podía leer marca de chips diferentes y viceversa. Era inviable el despliegue del RFID, volvíamos a estar sumergidos en la lucha por quién posicionaba su estándar para obtener los beneficios del futuro.

Afortunadamente el tema cambió con la aparición del UHF Gen 2, el concepto de interoperabilidad y la ISO 18000 6C. Hoy, un lector RFID dispone de un concepto de interoperabilidad muy superior a la actual informática o a la propia telefonía. Si, parece increíble por así es.

La fiabilidad de las lecturas la introdujo Intel, con su chip R1000. Impinj, con una visión fuera de lo común, realizó una ampliación de capital privada y adquirió hace unos 2 años la división de Intel dedicada al RFID, haciendo evolucionar el R1000 hacia el Indy2000, el último modelo de chip inteligente para dispositivos RFID.

Hoy, un lector RFID es capaz de filtrar y almacenar datos, establecer enlaces entre múltiples tags sin interferencia alguna, pueden co-trabajar múltiples lectores juntos sin temor a equivocarse en la lectura y transmitir la información del lector RFID más cercano. En realidad, si el RFID no puede hacer este trabajo ¿de qué nos sirve?

Además, al lector RFID se le han introducido las prestaciones de la informática moderna, apareciendo lectores con GPRS, WiFi, Bluetooth y USB, permitiendo que la lectura de tags se pueda realizar en remoto y transmitir la información en tiempo real.

Al mismo tiempo se están apareciendo las PDA’s con tecnología RFID, coexistiendo perfectamente con los modernos Android, Windows CE sus homólogos.

Pero el avance tecnológico del lector RFID va mucho más allá que el propio lector que se ve físicamente. Se están desarrollando lectores miniaturizados para poder ser incorporados en todo tipo de artículos como armarios, maquinaria móvil, impresoras y muchos otros dispositivos que siendo hoy inertes, acabaran siendo dispositivos inteligentes.

Ocurrirá algo como ya ocurrió en el sector del automóvil. Era pura mecánica y ahora un coche no puede funcionar sin la pura electrónica e informática.

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