SCiNet Foundation reproduce un fragmento de la carta que Helbert Hubbard escribió hace más de cien años. En un momento crucial de la pelÃcula Star Wars, el Maestro Yoda, le dice a Luke Skywalker: «O lo haces o no lo haces, pero no lo intentes». Tal imprecación en el guión de George Lucas, tuvo su inspiración en una carta de 1899, «A Message to Garcia» (Carta a GarcÃa) de Helbert Hubbard.
Reproducimos un resumen de la carta:
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«En cierto momento de la guerra entre España y Estados Unidos (1898), precisó el gobierno norteamericano establecer urgentemente comunicación con el General Calixto GarcÃa. De éste sólo se sabÃa que era el cabecilla de los cubanos rebeldes y que estaba escondido. Nadie sabÃa dónde. Guerrillero, astuto y de rápidos movimientos, GarcÃa actuaba inesperadamente y desaparecÃa sin dejar el menos rastro. En estas condiciones ¿Quién podrÃa llevar un mensaje a GarcÃa?
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 Alguien dijo al Presidente MacKinley que conocÃa a un tal Rowan, hombre eficaz, capaz de todo. En efecto, se buscó a Rowan y se le entregó la carta, el mensaje a GarcÃa. Rowan lo guardó, se la amarró a su pecho sobre el corazón, en cuatro dÃas desembarcó de noche en las costas de Cuba desde un pequeño bote, desapareció dentro de la jungla, y en tres semanas reapareció al otro lado de la Isla, habiendo atravesado un paÃs hostil a pie. HabÃa entregado el mensaje. No dijo que habÃa recorrido más de 2.000 millas. Ni que habÃa atravesado cuatro veces el frente de combate entre los dos ejércitos. Ni que GarcÃa estaba oculto en la selva.
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Lo importante era que GarcÃa tenÃa el mensaje. Y que Rowan es el ejemplo del hombre capaz de conseguir sus objetivos. Capaz de encontrar los medios adecuados y de ponerlos en funcionamiento. Con independencia. Con autonomÃa. La industria, la ciencia, la empresa, el comercio, la polÃtica y, en general, la sociedad, necesitan hombres eficaces. En la vida, en todos los niveles, se necesitan siempre hombres capaces de llevar “un mensaje a GarcÃa».
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Helbert Hubbard, Rowan y Calixto GarcÃa ya no existen. Pero sin duda, representan a una clase de hombres cuya estatua deberÃa ser vaciada en bronces eternos y colocadas en cada una de las esquinas del universo. Porque lo que debe enseñarse al Ser humano no es esto o lo de más allá; sino vigorizar, templar su ser Ãntegro para el deber, enseñarles a obrar prontamente, a concentrar sus energÃas, a hacer las cosas, «a llevar la carta a GarcÃa».
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Es decir, o haces las cosas o no las haces, pero no lo intentes; porque intentarlo lo puede intentar cualquiera, pero no sirve para nada“¦
Cita: « Hay momentos en que la audacia es prudencia» (C. Delavigne)
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