En los últimos años, los sistemas de impresión han permitido un gran despegue en el sector de las etiquetas adhesivas, permitiendo aumentar y mejorar los productos que se les ofrecen a todos los clientes.
Lo primero de todo es diferenciar las clases de etiquetas que tenemos a nuestra disposición. En primer lugar nos encontramos con aquellas que están desarrolladas para que sean utilizadas posteriormente en impresoras láser a color. Su material, asà como el adhesivo o la hora tienen que estar fabricados para que el deslizamiento en la impresora sea del todo seguro.
El otro tipo de etiquetas adhesivas será el que funcione en impresoras de blanco y negro. Esta clase es la más habitual y estándar, por lo que hasta hace poco era la más elegida para realizar todo tipo de trabajos.
En lo que se refiere a la impresión, es fundamental seguir una serie de consejos que permitan que los resultados sean los deseados. Por ejemplo, las hojas han de ser de un único uso, de manera que una vez que hayan pasado por los rodillos de la máquina, no se podrán utilizar para un segundo uso, aunque sólo hayamos utilizado una etiqueta.
En el supuesto que vayamos a utilizar equipos láser para realizar la impresión, tendremos que utilizar un tipo de hoja especial que sea capaz de aguantar el color. En cambio, en las impresoras matriciales el material que tendremos que usar será completamente diferente. Hay que tener siempre presente que se debe utilizar los componentes adecuados para cada situación.
Además, existirán otros tipos de impresión que hay que conocer. Por ejemplo, la transferencia térmica que se produce gracias a la intervención del calor en los cabezales de la impresora que se aplica directamente a las cintas y siendo transferido hasta la etiqueta.
Una de las ventajas de este tipo de impresión es que se podrá utilizar diferentes tipos de papel, etiquetas y otros materiales, como pueden ser telas.
En cambio, la impresión térmica directa tiene lugar cuando el cabeza entra en contacto directo con la etiqueta, que estará fabricada a partir de un papel térmico. De esta manera, al aplicar calor, un capa superficial se volverá negra.
Para que los resultados sean los deseados, es importante que las etiquetas térmicas no se vean expuestas a focos de luz, fuentes de calor o al sol, ya que quedarán irremediablemente ennegrecidas.
En cualquier lugar, ante cualquier duda con estos precintos adhesivos, lo más conveniente será acudir a verdaderos profesionales que puedan ofrecer el servicio más completo, resolviendo cualquier duda que se tenga.